El instinto autoritario
Mientras el Koki aterroriza a los caraqueños, debemos recordar que los dirigentes de las fuerzas de seguridad no son los héroes y que al gobierno no le importan los intereses del pueblo.
Hoy es fácil entrar en redes sociales en Venezuela y observar los comentarios de la gente llamando a que la policía mate a todos los “malandros” de la Cota 905 y sus adyacencias. Podremos ver a algunos pedir que se impongan medidas drásticas como toque de queda en toda Caracas para que las fuerzas de “seguridad” del Estado puedan fácilmente transitar y asesinar a quien les plazca. La verdad de todo es que estos sentimientos son entendibles.
En la mañana de hoy 9 de julio de 2021, los cuerpos de seguridad del Estado comenzaron lo que pareciera ser su operativo más frontal en la “batalla” contra la banda de delincuentes encabezada y dirigida por Carlos Luis Revete, mejor conocido como el “Coqui” o “Koki”. El Koki originalmente pareciera haberse vuelto famoso en 2013 cuando fue imputado por el Ministerio Público por los delitos de robo, homicidio y narcotráfico, según reporta El Pitazo. En los años siguientes, el Koki ha crecido su “megabanda” y ahora efectivamente controla grandes porciones del territorio de la capital venezolana que se extienden desde la Cota 905 hasta El Paraíso y La Vega, a solo unos minutos de Miraflores.
Eso es suficiente para tener a miles de personas viviendo bajo terror, bajo el miedo de que en cualquier momento serán secuestrados, atracados, asesinados o que estarán en sus casas y entrarán balas perdidas por la ventana y matarán a sus familiares. Francamente, si la situación no nos da rabia quizás no seamos humanos. Pero se tiene que tener mucho cuidado cuando vemos que el Estado toma acciones extremas. Los momentos como estos, donde las tensiones están altas y la gente quiere ver hechos concretos, son los que aprovechan los gobiernos autoritarios para hacerse con las suyas. Para eliminar a quien se le oponga, para asegurar su control y poder gracias al miedo del pueblo.
Las Fuerzas de Acciones Especiales (FAES) son notorias por asesinar inocentes como brazo político-militar del gobierno. ¿A caso hemos olvidado la Organización para la Liberación del Pueblo (OLP) y las atrocidades que cometieron?
En momentos como estos a mucho les provocará que las fuerzas del Estado redirijan esa violencia hacia aquellos que atormentan a los venezolanos, pero hay que recordar varias cosas. Primero, en Venezuela no hay pena de muerte, sin importar el crimen. Segundo, los cuerpos de seguridad no son jueces, no pueden determinar culpabilidad y aplicar la pena que les de la gana. Tercero, cuando el gobierno mata, mata a quien quiera. Solo porque ellos etiqueten a sus víctimas de criminales no se les puede creer con facilidad. De un gobierno que mete preso a políticos opositores, mete preso a periodistas, le dispara a sus ciudadanos cuando manifiestan en su contra, no se puede esperar la verdad.
Hoy mismo caerán inocentes por la irresponsabilidad de las FAES, incluso se denuncian robos realizados por los funcionarios.
Debemos también considerar todas las violaciones que vendrán después de este operativo. Hoy mismo la Ministra de Relaciones Interiores, Justicia y Paz, Carmen Meléndez, se dirigió a Twitter a indicar que la banda del Koki contaba con “…apoyo logístico, comunicacional y financiero, con el objetivo de causar el caos y afectar la estabilidad de Venezuela. No descansaremos hasta desarticular, material e intelectualmente, a estas mafias terroristas”. Pregunta: ¿A quién irán a culpar? Por supuesto que no se culparán a sí mismos por permitir que la banda creciera sin intervención policial en las llamadas “Zonas de Paz”, obvio que no.
Culparán a quien sea que les parezca políticamente conveniente, y utilizarán esta situación para continuar sus propios abusos contra la población venezolana.
Debemos resistir el instinto autoritario de ciegamente apoyar a las fuerzas de seguridad, que al fin y al cabo no solo permitieron esto, sino que además de seguro aprovecharán para imponer su propio mando criminal.
Luis Gonzalez es un abogado graduado en la Universidad Católica Andrés Bello (Caracas, Venezuela), actualmente ejerce el derecho en el sector privado y es fundador y co-editor de The Explorer. Puedes encontrarlo en Twitter en @lagm96.